
XX
Pero sucedió que el principito, habiendo caminado largo tiempo a través de arenas, de rocas y de nieves, descubrió al fin una ruta. Y todas las rutas van hacia la morada de los hombres.
-Buenos días -dijo.
Era un jardín florido de rosas.
-Buenos días -dijeron las rosas.
El principito las miró. Todas se parecían a su flor.
-¿Quienes sois? -les preguntó, estupefacto.
-Somos rosas -dijeron las rosas.
-¡Ah! -dijo el principito.Y se sintió muy desdichado. Su flor le había contado que era la única de su especie en el universo. Y he aquí que había cinco mil, todas semejantes, en un solo jardín.
"Se sentiría bien vejada si viera esto -se dijo-; tosería enormemente y aparentaría morir para escapar al ridículo. Y yo tendría que aparentar cuidarla, pues, si no, para humillarme a mi también, se dejaría verdaderamente morir..."
Luego se dijo aún: "Me creía rico con una flor única y no poseo más que una rosa ordinaria. La rosa y mis tres volcanes que me llegan a la rodilla, uno de los quales, quizá está apagado para siempre. Realmente no soy un gran principe..." Y tendido, sobre la hierba, lloró.
XXI
El principito fue a ver nuevamente a las rosas:
-No sois en absoluto parecidas a mi rosa; no sois nada aún -les dijo-. Nadie os ha domesticado y no habéis domesticado a nadie. Sois como mi zorro. No era más que un zorro semejante a cien mil otros. Pero yo lo hice mi amigo y ahora es unico en el mundo.
Y las rosas se sintieron molestas.
-Sois bellas, pero estáis vacías-continuó-. No se puede morir por vosotras. Sin duda que un transeúnte común creerá que mi rosa se os parece. pero ella sola es más importante que todas vosotras, puesto que es ella la rosa que he regado. puesto que es ella la rosa que puse bajo un globo. Puesto que es ella la rosa que abriqué con el biombo. Puesto que es ella la rosa cuyas orugas maté (salvo dos o tres que se hicieron mariposas). Puesto que es ella la rosa que escuché quejarse, o alabarse, o aun, algunas veces, callarse. Porque ella es mi rosa.
EL PRINCIPITO, Anoine de Saint-Exupéry
